martes, 8 de junio de 2010

Menudas subidas hasta O Eirado!!!

"Pánico"... así podría definir mi estado de ánimo al tocarme el despertador el domingo por la mañana. Noche horrible levantándonos cada poco y yo, a las 7 de la mañana, con la sensación de que la carrera que partía de Esgos no era para mí y me preguntaba para qué me había anotado. Toda la confianza en mí mismo en ese momento, por los suelos. En definitiva, muy desmotivado, como para meterme 14 km de carrera de montaña en la IV Subida Rocas - O Eirado.

Como de otras peores he salido, y al final, aunque tenga malas sensaciones consigo llevar a cabo los retos propuestos, pues de cabeza al tema. Además estaba encantado sabiendo que vendrían conmigo mi mujer y mi hermano, compartiendo una jornada deportiva un domingo por la mañana, pero sin que ellos tuviesen que hacer de espectadores.

Allá nos fuimos mi mujer Mónica, mi hermano Toño y yo. Tempranito pues ellos participarían en la andaina y todavía se tenían que anotar allí. Ambiente espectacular con los andarines, mucha participación. Aproveché para recoger mi dorsal y ya nos entregaron la camiseta. Al poco tiempo, campanadas de rigor y allá se fueron caminando, con 20 km por delante (¡qué barbaridad!) para estos valientes.

Me encontré con algunos conocidos e intercambiamos saludos. Yo seguía todavía con "pánico" pero decidido a salir corriendo. Me quedé con jotaeme hasta el momento de la salida. Para la ocasión me había comprado en Wiggle las Adidas Kanadia TR2, zapatillas de trail que me había probado en Decathlon. El caso es que me las calcé el viernes por la tarde y me dieron la sensación de presión en el empeine, justamente la zona del pie izquierdo en la que suelo tener las molestias. Las dejé toda la noche estirando un poco: les metí dos rollos de papel higiénico a presión. Me cambién en el coche cuando faltaban 25 minutos para la salida y calcé las zapatillas: perfectas! ninguna sensación de molestia.

Antes de la salida había visto al grupo (numerosísimo) del Kórpore de Carballiño y les comenté a Luciano y a Cristina que en este día quería correr con ellos. Esa sería mi "estrategia". No sé si ellos se extrañaron. Lo que yo quería hacer estaba claro: hace un año corría en los mismos tiempos que Cristina aunque, últimamente llego un poco antes que ella a meta; corriendo con ellos me aseguro un buen ritmo y, además cómodo. Era mi primera incursión en montaña y no podía hacerlo de otra manera... pánico! pánico! pánico!

Desde la organización nos advierten que en la meta hace frío y que será conveniente enviar ropa para abrigarse al llegar. Para ello nos daban unas bolsas de plástico negras con una pegatina donde anotaban nuestro dorsal y ya las metían en el autobús que luego subiría a recoger a los corredores. Con 5 minutos de retraso, advertidos por la organización, salimos con el grupo ya subiendo por la carretera durante unos metros hasta que nos desviamos al camino real que nos llevaría hasta San Pedro de Rocas y seguiría montaña arriba. El recorrido espectacular: por tierra, roca, algo de barro. Daba gusto saltar de piedra en piedra... me encantó! El caso es que me puse detrás de Cristina para no tirar yo por si se me ocurría ir demasiado deprisa. Al rato me di cuenta de que íbamos solos, nadie del Kórpore con nosotros, siquiera Luciano que se había quedado atrás acompañando a otra corredora. Durante un buen tramo, íbamos al ritmo que marcaban los de adelante debido a la estrechez del camino, si ellos se ponían a andar, nosotros también.

La carrera, por resumir, fue de la siguiente manera: corríamos donde podíamos. Si la cosa comenzaba a subir de más, nos poníamos a caminar, inteligentemente. Generalmente yo me adelantaba un poco y luego Cristina me recogía al caminar, pues ella iba más rápido que yo (andarina experimentada). De esta forma, haciendo la "goma" llegamos hasta la ermita de A Virxe do Monte la cual se encontraba aproximadamente en el km10. Nos paramos un rato en el avituallamiento, pues nos apetecía tomar algo sólido y no salir pitando ya. Con esto nos alcanzó Luciano que, a partir de ese momento, vino a pocos metros nuestra.


Tramo llano después de la ermita de A Virxe do Monte. Yo corriendo de rojo, Cristina a la izquierda y en primer plano, Enrique... menuda fuerza y ganas que le echa.

Los últimos kilómetros, realmente, los más duros. El cortafuegos es espectacular: andando a buen paso cuesta arriba entre piedras y surcos arados por el agua en la tierra; muy vertical, casi podías apoyar las manos en el suelo... y ayudando a las piernas con el apoyo de las manos en el muslo. Cada vez nos acercábamos más al campo eólico, lugar en el que se encontraba la meta.

Después del cortafuegos un tramo que bajaba unos metros, desvío junto a un pinar y, a pocos metros de la meta, última rampa con gravilla. Aquí ya vemos venir a Luciano que se nos une al poco rato y así llegamos los tres juntos a meta en un tiempo aproximado de 1h39'44".

Al llegar tuve la sensación de que si me pusiesen 4 km más por delante para correr en llano, lo haría sin problema. Ciertamente NO SUFRÍ. La carrera es muy dura, pero al correr como nosotros lo hicimos, pudimos disfrutar de ella. Igual si hubiese salido con jotaeme habría conseguido llegar casi 10 minutos antes pero sufriendo... nos quedan años por delante, si Dios quiere, para intentar correr de otra manera.

Cristina y Luciano me querían agradecer el haber "ayudado" a Cristina. Nada más lejos de la realidad. Me alegro si conseguí que corriese mejor, pero lo de ayudar sería mútuo, en todo caso. Esa era la carrera que yo quería hacer y estoy feliz por ello.

Luego avituallamiento en meta y esperando el autobús para regresar a Esgos. Bajada un poco "accidentada" pues el conductor se animó demasiado por las pistas de tierra, ante el acojone de los ocupantes pues a un lado la ladera de la montaña y al otro la caída hacia el cañón del Sil.

Ya abajo me reencontré con mi mujer y mi hermano que ya habían llegado de la andaina empleando 3h30' aproximadamente para realizar todo el recorrido. Debieron sufrir también un poco pues la primera parte de su recorrido iba paralelo al de la carrera hasta la ermita; luego volvían bajando y en el último tramo tuvieron que subir también un cortafuegos. Enhorabuena también para ellos, unos campeones que me llenaron de orgullo y satisfacción (¿dónde habré oído eso antes?).

Creo que es justo dar más de un 10 como nota para la organización, MATRÍCULA DE HONOR, todo perfecto: entrega de dorsales, señalización del recorrido, voluntarios en los cruces, avituallamientos... y luego en la plaza de Esgos: comida entre todos los participantes en la andaina y en la carrera donde pudimos intercambiar impresiones y... ¡comer!... empanada, lacón asado, tortilla, chorizo, fiambres, pan, agua... cerveza... ¡bica!

Desde luego todo el pánico que tenía se fue esfumando poco a poco según avanzaban los kilómetros. Si puedo volver para el año, ya seré conocedor del recorrido y podré plantearme otra estrategia... o no... ¿por qué no volver a correr al lado de Cristina? con todos los respetos de Luciano, por supuesto.

Datos recogidos por el fore (marca 1 km de menos pero supongo que será normal en montaña, pues no tendrá en cuenta la elevación para recalcular la distancia).

Clasificaciones oficiales y definitivas.

Página de la prueba, en el Concello de Esgos.

5 comentarios:

  1. ¡Pedazo cominola que nos metimos!

    Buena carrera, estas son duras y hay que disfrutarlas :)

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  2. Me has metido el gusanillo, para el año si la salud apoya, me animo. Pena que este año me coincidierea la boda. Rubenigui

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  3. buena carrera.... asi entra el gusanillo..
    de aqui a Penedos

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  4. Gran crónica Pipe!

    La verdad es que aunque sufrimos los que fuimos, disfrutamos como enanos.

    El año que viene seré de la partida fijo...

    Se sufre, pero vale la pena...el paisaje impresionante

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  5. Pues claro que vale la pena. El año que viene, si Dios quiere, intentaré competir un poco más y, por tanto, sufrir también más... me está gustando esto de correr por el monte y la montaña!

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