lunes, 29 de noviembre de 2010

Dragoman 2010 en Villafranca del Bierzo

La de este fin de semana ha sido una de esas experiencias que se volverá inolvidable en mi vida, dentro de mi afición de participar en carreras, no sólo en Galicia, sino fuera de ella. Si me pusiese a enumerar aquellas que han quedado marcadas en mi mente, desde luego Dragoman está ya entre ellas, igual que la de Corrubedo, subida desde Esgos a O Eirado... Se trata de una carrera no muy larga, sobre 8,5 kilómetros, pero que posee la única y gran dificultad en sus últimos 5 km que son todos cuesta arriba ascendiendo 500 m. en vertical.

Desde hace unas semanas es casa estábamos planificando la participación en esta prueba, me atraía mucho poder asistir y correr, acompañando al caballero Basurco, en busca del dragón. Algunos de los que llegaron ayer a meta dijeron que no habían visto el dragón, pero que sí la buena organización, multitud de participantes, buen ambiente entre todos, camaradería, voluntarios estupendos... yo creo que sí lo han visto, pero no se han dado cuenta, al menos considero que sí estaba su espíritu en todo esto.

El sábado a mediodía, después de dejar a los peques a buen recaudo, y aprovisionarnos con cadenas para el coche, por si acaso, comimos y nos fuimos mi mujer y yo hasta Villafranca a la cual llegamos pasadas las 5 de la tarde. Nada de nieve por allí y unos 6º de temperatura. Después de dejar las cosas en el hostal, modesto pero muy acogedor y calentito... fuimos paseando hasta el polideportivo donde comenzaban a hacer entrega de los dorsales. Yo cogí el mío y mi mujer no conseguía localizarse en la lista hasta que me dijo: "Ya sé, soy 'Esprintes Ourense' ahí, ¿lo ves?". Efectivamente, entre los nombres de los andarines aparecía el nombre del club. Le comenté que les dijese de cambiarlo y dijo que no, que así estaba bien. En la bolsa del corredor sendas camisetas talla XXL... técnicas y de color naranja... últimamente a todos se les ha dado por este color. A mí me falta alguna que sea rosa y violeta, a ver si alguna organización se "atreve" a poner estos colores en alguna próxima. Aunque en este caso, por la talla en cuestión, creo que pasarán a manos de alguien que las pueda utilizar.

Aprovechamos que todavía era de día para dar una vuelta a Villafranca y ver lo bonita que es esta localidad. Yo ya había estado en ella el 16 de septiembre, coincidiendo con mi primera etapa del Camino de Santiago en bicicleta. A las 6 de la tarde estábamos tomando un café y con ganas ya de descansar, que es lo bueno que tiene ir sin niños de viaje. Aún así estuvimos recorriendo algunas tiendas y, finalmente, terminamos en la Colegiata de Santa María asistiendo a la misa. Luego sí, nos fuimos al hotel y nos dormimos pronto, con el recuerdo de nuestro niños, que estarían pasándolo estupendamente con sus abuelos (y así fue, según comprobamos ayer a la vuelta).

Por la mañana asomé la cabeza afuera para comprobar si el tiempo había variado, si por casualidad había caído nieve. No había nieve y se preveía día soleado, aunque con frío (1º en ese momento). Una vez desayunados y abandonado el hostal, dejamos el coche en la zona del polideportivo para luego tenerlo más cerca después de la comida. Nos dirigimos andando hasta el castillo donde ya se apelotonaba gran cantidad de gente, sobre todo los que participarían en la andaina pues la hora de salida estaba próxima. Allí nos estaban ya esperando Carlos y Eva, amigos de Ponteareas, que habían venido para compartir la jornada con nosotros. Él es un fuera de serie y gran corredor y ella se había decidido a acompañar a mi mujer en la andaina.

Salida de la andaina, todos bien abrigados y con la idea de hacer 7 km para llegar a Dragonte y otros 7 para volver a Villafranca pues es la única forma de regresar: andando o corriendo.

Carlos y yo aprovechamos para calentar por las calles de Villafranca hasta el momento de la salida. Cinco minutos antes, nos pidieron que entrásemos al castillo, un edificio espectacular con un patio de armas muy digno. Allí, Basurco y los dueños del castillo el pianista y compositor Cristóbal Halffter y su esposa Marita Caro hicieron de anfitriones para la salida de la prueba. Estaba también presente una niña vestida de princesa, la Princesa Flavia, que acompañó en la salida al caballero Basurco para iniciar la aventura para encontrar y dar muerte al dragón (en el pueblo de Dragonte).

Me vi situado al final de los corredores y salí a buen ritmo viendo como Carlos ya se perdía más adelante. Sabía que lo difícil era desde que comenzaba la subida hasta la meta y quise no ser demasiado agresivo al inicio. Coincidí unos segundos con Francisco, corredor con gran fuerza de voluntad y siempre una sonrisa en su cara. Fui adelantando a algunos corredores hasta pasar por el túnel, hacer el giro después del km 3 y comenzar la subida.

Para subir, tiré de fortaleza física y mental. Además me propuse que no debía caminar en ningún momento, viendo otros corredores que ya lo hacían. Mis entrenamientos en cuesta de los últimos meses me han dado bastante fuerza y resistencia para poder realizar la subida de esta manera, aunque prescindiendo de la velocidad. Me acordé de mi amigo Moncho, quien me ayuda a entrenar y quise no defraudarlo. De esta manera, fui subiendo a buen ritmo, adelantando a algunos y siendo adelantado por otros. Los kilómetros se me hacían eternos y los ritmos que me marcaba el fore eran un poco ridículos. La llegada a Dragonte, 500 m. más alto que cinco kilómetros atrás, se hizo un poco complicada debido al hielo que había en el camino (de una fina capa de nieve que había caído por la mañana y que el sol no había logrado derretir) y a que algunos corredores ya llegados a meta no se dan cuenta de que detrás de ellos, aún vienen más.

Llegué exhausto, literalmente sin aliento o sin oxígeno. Me costó recuperar una respiración normal e incluso me ahogué un poco al respirar, acompañado con tos. Tiempo en meta 53'16" y tiempo de subida del medio kilómetro vertical 35'40" y puesto 257 de 372 llegados. Carlos llegó en el puesto 48 con un tiempo de 41'07" y en la subida un parcial de 27'21", un fuera de serie. Mi mujer y Eva habían llegado caminando después de Carlos y allí me esperaban todos. Falta de agua o de otro líquido en meta, incomprensible sabiendo dónde estábamos y que para poder encontrar "civilización" había que bajar al menos 5 ó 6 km por el mismo camino que habíamos ascendido. Aproveché un poco de agua que aún le quedaba a mi mujer con la vista puesta en dos latas de isotónica que tenía en el maletero de mi coche abajo, en Villafranca.


Y así nos dispusimos los cuatro a afrontar el camino de regreso, un poco asustados viendo lo empinada que había sido la subida y disfrutando del paisaje. Una vez ya en el polideportivo de Villafranca, asistimos a la entrega de los premios y luego compartimos, con los demás asistentes, una estupenda comida a base de paella y empanada, con bebidas y café al final. Charla con conocidos: Francisco, Kand, Paco, Luis Alfonso... una alegría encontrarnos en estas carreras, que destacan por su belleza y lejos del Circuito y de los puntos.

Una prueba para anotar en el calendario de cualquier corredor amante de la naturaleza. Dura... bastante dura que debe afrontarse con un mínimo entrenamiento en cuestas y con la esperanza de que para el año nos nieve y se haga todavía más dura. Desde luego quiero volver y creo que mi mujer también. Enhorabuena a la organización pues todo estuvo perfecto (excepto agua en la meta) y donde nada se dejó a la improvisación.
  
  

miércoles, 24 de noviembre de 2010

III Carrera benéfica Óscar Pereiro - Divina Pastora

Hace exactamente un año hacía marca en esta prueba, seis días después de haberla hecho en la carrera del San Martiño PERO... ¡bajando tres minutos el tiempo!

Este año el planteamiento era diferente. No buscaba marca. Ciertamente me parece un perfil más fácil que en la San Martiño y, aunque se vean fuertes subidas que no son largas, luego posee estupendas bajadas bastante prolongadas donde recuperar el tiempo que se podía haber perdido y ganar también algunos segundos a mayores.

No podía perderme esta prueba y allí nos fuimos mi compañero de equipo de los Esprintes Ourense,  Ángel y yo. En esta ocasión la familia decidió quedarse en casa por razones metereológicas. Muchísima gente y problemas para encontrar dónde dejar el coche... al final la solución fue situarlo en la cuneta. Nos encontramos con Lois y fuimos juntos al Pabellón Oscar Pereiro a recoger los dorsales. Una vez allí calentamiento (durante unos minutos bajo la lluvia), esperar a que terminasen las categorías menores y a la salida.

Quería hacer la carrera con Ángel. No me interesaba ir más rápido ni más despacio. Él quiso deshacerse de mí pero no lo consigió, al menos, hasta el final de la carrera. Salimos demasiado atrás (47 segundos en cruzar la salida...) y fuimos adelantando, poco a poco, a gente. Intentando controlar ritmos por debajo de 5' para llegar en menos de 50 minutos a meta.

El recorrido es precioso y discurre por pistas de asfalto entre monte del Concello de Mos. Afrontamos la primera semivuelta con las dos subidas finales y ya lanzados por la vuelta grande!

Aunque no subimos demasiado el ritmo, íbamos pasando corredores que habían bajado el suyo. Pasamos el kilómetro 8 un poco por debajo de 40' y mi compañero insistió "demasiado serio" en que me fuese y lo dejase a su ritmo. Como yo sé acatar órdenes de equipo, y más si vienen directamente dadas por el presi con su voz ronca... me despedí y comencé a subir el ritmo como había hecho en otras carreras anteriores. Lógicamente fui adelantando progresivamente a gente, aprovechando una larga bajada antes de afrontar las últimas subidas hasta la zona de meta.

Como siempre digo, "anecdótico" tiempo en meta de 48'25" (dos minutos más que en la carrera del San Martiño) pero con buen sabor de boca porque hice una carrera progresiva de menos a más. Mi compañero Ángel llegó casi un minuto después consiguiendo bajar de los 50' en su tiempo neto.

Terminada la carrera, en el pabellón, charla con conocidos y amigos, degustación de los famosos callos... y vuelta para Ourense que el día sólo pedía meterse en casa y no salir hasta que escampase.

martes, 16 de noviembre de 2010

San Martiño 2010 por fin llegó y ya pasó

Es cierto lo que me decía un conocido unos días antes de la carrera "Estáis ilusionadísimos", y la verdad será porque es la gran carrera de nuestra ciudad, será por tirar para casa... pero la San Martiño tiene y supongo que mantendrá un algo especial.

Mi primera participación "daquela maneira" fue hace años. No lo recuerdo muy bien y tampoco sé la edad que debía tener, aunque rondaría los 12 años. Recuerdo que la hice completa, sin entrenamiento, caminando parte de ella. La meta estaba en la zona de la Alameda y había que pasar por el palco de la música para conseguir una medalla y un diploma conmemorativo si estabas entre los 1.000 primeros. Creo que luego lo intenté una o dos veces más, siempre sin entrenamiento. Locuras.

Hace tres años, cuando decidí empezar a correr por divertimento, por salud y porque me gustó esto, poco tiempo después de mi primera carrera en el Maratón do Miño, me inscribí en la San Martiño. Lo más gratificante para mí fue poder correr toda la distancia y hacerlo en menos de 1 hora.

Este domingo era especial. Hasta el momento, desde verano, no había intentado "darlo todo" en una carrera salvo en la del Arenteiro en Carballiño, mis participaciones se orientaban más a carreras-entrenos que a carreras-competición. Aún así siempre intento dar todo de mí y, en algunas, me cuesta más que en otras. Pero para ese día estaba preparado, tranquilo, más o menos bien entrenado, aunque sabedor de que ni haría marca o, por lo menos, me sería difícil intentarlo.

Salí a correr la San Martiño con unos objetivos claros: disfrutarla, junto a mis AMIGOS, bajar de 47 minutos e intentar llegar antes que algunos corredores conocidos con los que, más o menos, ando emparejado en tiempos. A primera hora, algunos de mis compañeros del equipo Esprintes Ourense se acercaron hasta la zona donde vivo para ir desde allí, juntos, hasta el Pabellón de los Remedios. Ya comenzamos a notar el ambiente especial que se vive en esta carrera pues las calles se encontraban tomadas por numerosos corredores, cada uno con su color de camiseta, que paseaban, calentaban o admiraban el espectáculo. Ciertamente digno de admiración.

Hicimos la fotokedada con los correlegas del foro Correr en Galicia, una foto estupenda con mucha gente y luego cada uno se fue a hacer su entrenamiento específico y colocarse de la mejor manera en la salida, intentando no perder muchos segundos después del disparo.

Yo me situé en la parte de atrás de la salida femenina. Soy consciente de que esos dos carriles se reservan a las chicas, pero también es cierto que no son muy numerosas y sería tonto desperdiciar eses carriles, siempre y cuando se las respete, ya que se trata de su salida y no de la nuestra. En esta ocasión me sorprendió ver tanto hombre y me quedé tonto al comprobar que muchos de ellos se adelantaban como podían para estar en primera línea, cosa que confirman ahora fotos quitadas desde delante, en las que se ve a muchOs en primera fila de salida entre algunAs. Creo que miembros de la organización o de la Federación situados en esa zona deberían haber hecho algo para que la invasión no fuese tan abusiva. En fin, cada uno con lo suyo.

Disparo y a correr! salí con Rober quién, debido a una lesión y a falta de descanso, decidió aflojar después del primer kilómetro y allí nos separamos. Mi estrategia estaba más o menos clara: intentar correr a un ritmo medio de 4'30" empezando a 4'40" y subiendo ritmo a partir de mitad de carrera. Era consciente de que ese ritmo todavía podía ser muy fuerte para mí, pero también es bueno "sufrir" un poco en algunas carreras. El primer kilómetro clavado a 4'40" pero el segundo demasiado rápido ya, a 4'15". El grupo que me rodeaba me animaba a correr más rápido, con lo cual decidí bajar ritmo aún a costa de que comenzasen a adelantarme.

Controlando ritmos fui hasta el km 5. Pequeño bajón de ritmo desde el final de Marcelo Macías hasta la parte de arriba del Posio (un km a 4'48") y débil intento por subir ritmo de ahí hasta el final. Conseguí normalizar un ritmo entre 4'25" y 4'35" que me llevó a cruzar la meta en 46'28" netos, disputándome el sprint con otros corredores (codazos incluidos... pido disculpas por la parte que me toca, igual que hice con los protagonistas al cruzar meta), como no podía ser menos teniendo delante a un Esprinte!!!

Ciertamente muy contento con mi participación. El perfil de Ourense, aunque no es muy exigente, tampoco es fácil. He bajado en 2'20" mi participación del año pasado y considero que volver a rondar los 45 minutos no me costará mucho en un par de meses, por ejemplo. El entrenamiento a ello va dirigido, gracias a Montxo.

Destacar la participación de los seis atletas del club Esprintes Ourense: Hugo, Oscar, José María, Pablo, Angel y yo; recordar también a algunos amigos del club como José Miguel y Jesús. Dar la merecida enhorabuena a Hugo por su marca personal en 10.000 (38'26") conseguida aquí, en la San Martiño... en casa.

Seguimos entrenando.
Próximas carreras: el sábado 20 la de Oscar Pereiro en Mos y el domingo 28 la "Dragoman" subiendo desde Villafranca del Bierzo a la localidad de Dragonte, toda una aventura!

Clasificaciones en ChampionChipNorte.
Comentario del Club de Atletismo Esprintes Ourense.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Pedestre de Santiago 2010: corriendo bajo la lluvia

La verdad es que ni me acordé de poner la crónica de esta carrera.
Lo haré resumido porque quiero poner, a continuación, la del San Martiño de ayer.

El día 31 de octubre nos fuimos hasta Santiago de Compostela, casi la totalidad de los Esprintes Ourense (faltaba Hugo) para correr en la Pedestre de dicha ciudad. Nunca había ido, pero hablaban de ella como una gran carrera, aunque también comentaban que debían arreglar ciertos fallos en meta.

Agua y más agua... llover y más llover. Así llegamos a Santiago, metimos el coche en el parking y fuimos a buscar los dorsales hasta la Plaza del Obradoiro. Saludos rápidos a algunos conocidos y a cambiarse pues no quedaba mucho para el inicio de la prueba.

Me encontré con khene y decidí ir con él a ver quién aguantaba más (es broma).

Estas salidas tan multitudinarias (más de 3.000 corredores) hacen que, o te sitúas bien adelante, o pierdes mucho tiempo hasta que cruzas la salida propiamente dicha. Además, se comienza a subir por Juan XXIII y aunque es una subida en el inicio, se nota bastante en lso ritmos. Después de completar el primer kilómetro a un ritmo irrisorio de 5'40", comenzamos a apretar un poco y ya bajamos de 5' en los siguientes. En el km 5 ó 6 (ya no recuerdo bien) mi compañero decide bajar un poco el ritmo y me encuentro con uno de mis "Esprintes", Pablo con el que ruedo unos pocos metros hasta que le comunico que llegó la hora de subir ritmo. El plan era ese: ir de menos a más.

De ahí a meta debí adelantar a más de 300 corredores; tengo los tiempos de paso por la alfombrilla del km 7,5 que me dicen que desde allí adelante a 248... y hasta ahí puedo asegurar que pasé a bastantes. No es una chulería, es lo que tiene salir atrás, a un ritmo sosegado y luego dar todo lo que se lleva dentro.


Comentar también que la famosa cuesta de Vite es dura, sí... pero no imposible. La fui subiendo con buen ritmo, detrás de una pareja y luego a falta de 2 kms para cruzar la meta ya empecé a embalarme pero viendo que los demás hacían lo mismo. Exactamente lo mismo. A toda pastilla. Entrada asombrosa en el casco antiguo de la ciudad, bajo una tremenda tromba de agua... paso por varias plazas... yo estaba ya desorientado... y finalmente Fonseca y Obradoiro. Tiempo final unos segundos más que 1 hora pero con unas sensaciones estupendas. No es un gran tiempo pero es la carrera que tenía en mente hacer.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Un abrazo, papá

Hoy vuelve a ser día 4 de noviembre. Sin mucho que decir sobre esto.

Papá... espero que desde el cielo nos sigas viendo a todos, te recordamos mucho y hoy, como no podía ser de otro modo, cuatro años después... más.

Un beso y un abrazo de todos los que te seguimos queriendo.