lunes, 5 de abril de 2010

De Pascuas en Padrón al medio maratón Vig-Bay 2010

Pues hoy toca hacer recuento, estudiar bien la situación y comenzar a motivarse de cara al domingo.

El sábado me fui a Padrón con la familia para correr la XXXI Carrera de Pascua. Llevaba desde el día 7 de marzo sin competir en carrera y sin correr tampoco mucho. Los últimos entrenamientos habían sido martes y jueves de 8 kms cada uno, con buenas sensaciones ya que al correr no me duele la pierna por el problema de la periostitis. Por qué no decirlo así: Padrón era mi prueba de cara a poder correr el medio maratón de Samil a Baiona el próximo domingo 11 de abril, pues aunque no era una carrera "larga", tenía un recorrido de 13.300 m. que subía un poquito del clásico 10.000.

Me despierta mi mujer a las 7 de la mañana del sábado y ya empiezo a pensar en no ir: tengo un sueño que no me tengo, escucho el sonido de lluvia en la calle y me doy cuenta de que tengo dolor en la pierna. Le comento a ella que tengo muchas dudas y que, a lo mejor, podíamos quedarnos y no ir, así evitábamos hacer bolsas y preparativos.

Al final seguimos con la preparación del viaje y CONSEGUIMOS salir media hora después de lo que yo tenía previsto, con lo cual fui por la autopista a bastante velocidad . De esta manera llegamos a Padrón sobre las 11 y algo, teniendo en cuenta que Samuel, mi hijo de 6 años, tenía previsto correr y su carrera comenzaba a las 11:30 h. Fui con el coche directamente hasta el pabellón donde entregaban los dorsales, con tal suerte que justo al llegar se va un coche y puedo aparcar allí.

Cojo los dorsales a toda pastilla mientras mi mujer saca a los niños del coche y vamos apurados a cruzar el río Sar y acercarnos a la plaza Macías de Padrón. Mientras, voy sujetándole el dorsal a Samuel mientras este me mira con cara de susto... caminando y poniendo el dorsal lo más normal sería clavarle un imperdible al pobre. No lo comenté, pero el niño va con muchas dudas y no quiere correr... sólo si lo acompaño yo. Le digo que seguro que no me dejan y que haré lo que pueda.

Llegamos a la plaza Macías a las 11:29 y los niños ya están dispuestos para la salida. Le quito a Samuel la chaqueta y me acuerdo que todavía no le he puesto el chip, se lo sujeto con el velcro y le digo que allí no puedo estar y que lo espero a la salida de la plaza para correr con él. Cuando llego a la esquina, los niños ya habían salido y allá voy detrás de ellos hasta que pillo a Samuel, quien se para a pocos metros de la meta porque alguien lo salpicó y se mojó (pobre)... y tiene frío. Lo animo a seguir tranquilamente, diciéndole que todos van mojados y que al llegar mamá tiene ropia limpia y seca, y me aparto para no pisar la alfombra de ChampinChipNorte. Samuel termina y recibe su medalla.

Yo me preparo para calentar. Lo primero que hago es intentar buscar un sitio apartado para evacuar la vejiga. Saludo al grupo del CAR Marisqueiro y encuentro un lugar solitario para el pis. Vuelvo a buscar a mi mujer para dejar las gafas, pues con la apurada las llevaba puestas, saludo a Extremeñeiro. Luego ya me uno a “gran grupo” en el Paseo del Espolón para calentar. Comencé con Xan y terminé con Lois. MUCHOS conocidos y todos, amablemente preguntándome por mi lesión; les estoy muy agradecido por su preocupación.

Ya en la plaza me encuentro con Montxo y Jesús (Home de Nejro). Me pongo casi en la cola del grupo y comenzamos a correr por el empedrado de Padrón. Voy con Montxo, pero sólo los primeros metros, pues él va muy fino y yo tengo previsto hacer la carrera como un entreno de más de una hora. Le digo que soy un poco pijo porque voy sorteando los charcos para no mojarme. Mi objetivo era rodar en 5’ todo el rato, si podía.

En el km3 engancho con Isaias (Irdam de los Irmandiños) y lo veo como posible pareja para poder correr juntos. Al poco me comenta que cuando va corriendo con alguien, siempre fuerza y además, pierde el ritmo. Me sonó a: prefiero correr sin compañía. Después de meditarlo unos segundos, le digo que “vale” y tiro un poquito más. Adelanto a Jesús Bernal que lleva el lazo negro en recuerdo de su padre y comenta que anda “tocado”; es que si no, no podría adelantarlo. Luego voy detrás de tres chicos que llevan un ritmo majo pero que al cabo de un rato se relajan un poco y nos adelanta una pareja de Porriño y me uno a su ritmo, pues me parece más cercano al mío.

Él me saluda “hola Pipe, qué tal vas? cómo va la lesión?” y yo le digo que bien, que probándola. Dudo si preguntarle quién es y, según pasan los minutos la idea se esfuma de mi cabeza. Antes del km 10 les pregunto si van a aumentar el ritmo y Juan (que así se llama el chico y es de Porriño) me responde que no, que él va acompañando a la chica y que irán con ese ritmo hasta el final. Mentira. Pisan el acelerador y los dejo ir, los tengo a tiro el resto de la carrera pero no pienso en alcanzarlos.

En el último km veo a Silvia (Bibi) cada vez más cerca, la pillo y vamos juntos unos 300 metros hasta que, por orgullo y porque ella me anima, decido subir el ritmo y llegar solo a meta. No había por qué esprintar y, por precaución, no esprinté.

Clavé el ritmo de 5’ el kilómetro como tenía previsto, siendo bastante constante cada kilómetro recorrido... cuando perdía tiempo en zonas de subida, los recuperaba en bajada.

LO PEOR... y es para reírse... los comentarios de mi familia. Lo primero que me dice Samuel al llegar es: “Papá... ¿por qué tardaste tanto?” y luego me dice mi mujer: “La verdad es que pensé que ibas a llegar antes”. ¡Coño! Si les había dicho que iba a ir tranquilito, a un ritmo para probar de cara a la Vig-Bay... El problema de mi mujer era que no sabía la distancia a recorrer y a qué hora llegaría yo a meta aproximadamente. Aún así mi mujer quedó un poco dudosa cuando le dije que a mis ritmos, imposible llegar antes de una hora... jajaja.

Avituallamiento en meta consistente en chocolate calentito, agua, vasito de Acuarius y una galleta con chocolate. Suficiente. De repente chaparrón que no me había caído durante la carrera. Corriendo sólo algo de lluvia, aunque los que iban más adelante parece que tuvieron una buena granizada... me río... fue lo bueno de ir más atrás. Las duchas en el pabellón no estaban frías, estaban heladas, pero me dejaron relajadito. Comimos en Padrón y luego viaje entre chaparrón y granizada hasta Vigo.

Para terminar, comentaros que quedé muy contento con la carrera, sobre todo porque no me dolió nada la pierna. Sé que 13,3 km no son 21 de una media, pero se acercan algo a ella. Con esto, tengo fuerzas para pensar en hacer dignamente la carrera el domingo, en un tiempo entre 1:45 y 1:50 sin forzar y hacer el 1:45 forzando un poco. No sé si mi compañero de los Esprintes inde nai, Toledano, verá con buenos ojos este plan, pero el domingo habrá que ver cómo se pone todo. En principio la pareja con la que corrí en Padrón tienen pensado correr en 1:45 y serían buena referencia para ir con ellos. Sé que puedo arañar más segundos por kilómetro, y si veo que lo puedo hacer, hasta se puede intentar ir a otro objetivo.

GRACIAS a los que sacasteis las fotos:
Linkinpark: http://picasaweb.google.es/mauxicass/CarreraPascuaPadron2010
Moses: http://picasaweb.google.es/xrcarril/PadronPascoa2010
Mayucoira: http://picasaweb.google.es/mayufotos/CarreraPascuaPadron2010

1 comentario:

  1. Je, je, no hay seguidores más exigentes que la propia familia. Me alegro de que hayas dejado atras las molestias. Disfruta de la VigBay, a ver si nos vemos por Baiona. Salud y kilómetros.

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